miércoles, 13 de abril de 2011

El color de lo imposible.

Guardaré el recuerdo del color y la forma de una experiencia que me parecía irreal mientras sucedía. 
Tal vez también en este recuerdo puedan guardarse algunas otras cosas como el eco del oleaje, la esencia que mezclaba la humedad del agua con la sal,  la sospecha de aquella  casi perfecta soledad. Mis manos pequeñas y de pulso acelerado podían tocarlo todo, la eficacia de escapar, desertar, perderse y saber de que manera nos satisfacía y  lo paladeábamos. 
Toda esta sensación que me desbordaba, quizás fue el momento más feliz. 

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